Tú no eres como otras madres

Tú no eres como otras madresTú no eres como otras madres by Angelika Schrobsdorff
My rating: 5 of 5 stars

Escribir una memoria siempre tiene algo de vanidad, de auto-indulgencia (o autobombo). En este caso, Angelika Schrobsdorff escribe una memoria sobre su madre, de la que ella es co-protagonista, lo cual la hace muy interesante desde el punto de vista de quien la escribe: debió ser un tremendo desafío mantener cierta objetividad sobre la historia de una madre a la que claramente culpa de muchas de sus desgracias, sin caer en el sentimentalismo y en la auto-victimización. Por otro lado, Schrobsdorff debió sentir aumentado este reto al descubrir, a través de conversaciones con amigos, familiares, cartas y a su propia experiencia a la madre que tuvo: quién fue Else, las cosas que hizo cuando fue joven y decidió rebelarse de su judaísmo para vivir la vida cristiana, «más amplia y flexible» según el punto de vista en las primeras décadas del siglo XX, cuando se dedicó a la diversión y pisó cuantos orgullos y sentimientos se le pusieron a su paso, cuando cambió de hombres como de camisas, cuando decidió tener un hijo con cada hombre que verdaderamente amó, cuando la vida de Else comenzó a resquebrajarse al ver que el cambio al cristianismo no la exculparía de su pasado judío, cuando ella, sus padres y sus hijos se ven asediados por los nazis, cuando su hijo mayor abandona el hogar y no vuelve más sino sólo a través de cartas cargadas de emoción y amor y esperanza y de rabia, cuando finalmente tuvo que decidir dejar su querida Berlín para refugiarse en una desconocida e inquietante Sofía, donde nada es ordenado, donde no existe el mismo nivel de cultura, donde el idioma es imposible y donde los lujos y excesos a los que estaba acostumbrada no existen más, cuando su último marido, el padre de la escritora, se quedó en la Alemania nazi y perdió contacto con ella y con sus hijas, cuando se entera que su querido hijo, a quien pensaba a salvo en Palestina, murió en el campo de batalla luchando contra los alemanes, cuando su hija Angelika se separó emocionalmente, acusándola a ella y a su padre de ocho años de terror, cuando luego de pasar por las penurias de la guerra y el desplazamiento obligado Else se vio afectada por esclerosis múltiple, desfigurándole la mitad de la cara y degenerándole el físico, y cuando regresa a Berlín, luego de la guerra, para vivir la vida de los derrotados, de la ruina infinita, alejada de la única hija con la que se lleva bien y a quien no verá nunca más. Aprender que ésta mujer fue su madre, y escribir objetivamente sobre ella no debe haber sido nada sencillo. Lo que resultó es una obra contundente, tanto en lo emocional como en lo histórico. No importa si al final una termina juzgando a Else, on incluso a la misma Angelika, por las decisiones que tomaron o las posturas que asumieron. Lo que realmente vale oro en esta novela es la crónica de una vida que pudo ser la de muchos, no en cuanto a lo disparatada y fuera de lo común para su época que fueron las ideas y las conductas de Else, sino en cuanto a lo terrible que fue el nazismo,lo brutal que fue la guerra, lo abominable de la insania de quienes decidieron que el mundo era sólo para algunos y no para otros y que se tomaron el derecho de exterminar a toda una raza, de desmembrar familias y de destruir vidas enteras. Perdieron la guerra, es cierto, y muchos fueron juzgados y sentenciados, pero el daño permanente que infligieron a familias como la de Else, Peter, Bettina y Angelika nunca pudo repararse.

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